Soy mamá

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miércoles, 10 de agosto de 2016

¿Y TÚ QUÉ POKEMON ERES?



         Lo sabía, de sobra, pero una cosa es lo que te cuentan y otra es experimentarlo, y ahora que me encuentro de pleno en ello, lo confirmo: la lactancia materna es muy dura.
         Habrá mujeres fantásticas que han nacido con unos pezones preciosos, enormes, duros, y con un umbral del dolor alto como el Everest, pero a esta humilde servidora cada vez que la peque se engancha siente como si cientos de agujitas salieran de dentro de ella. Luego se pasa... a veces... Y no, no me vengáis con lo de que no estará bien posicionado el bebé que me han visto hasta en Marte y mi peque se engancha perfecto, con su boquita bien abierta, el problema es que lo hace a una zona muy sensible a la que nunca nadie se había enganchado de tal manera (gracias a Dios).
         Quizás soy muy floja, no digo yo que no.
         Pero no es solo dura por el dolor, sobre todo de los primeros días, es difícil porque es "a demanda", con lo que ello conlleva. Y aquí se le suma otro problema, y es que tú no sabes cuándo realmente está demandándolo. Porque quizás te precipitas y a la que llora le calzas la teta y no era eso lo que le pasaba y la estás rellenando como un pavo (de leche y de gases).
         Te pasas el día con el coco fuera (las llamo cocos porque las tuve más duras que aquellas frutas tropicales) y si vives en un primero con unas ventanas muy grandes pues te puede ver todo quisqui, y he aquí mi primera sorpresa, con lo pudorosa que yo soy, he llegado a un punto que me da igual que me vean, total... Vamos, que el otro día me pilló un niño y ni preocupada (él tampoco), os explico. Como tengo tanta suerte para todo resulta que en el minúsculo jardín que crece asalvajado debajo de mi casa (de tanta caca de perro sin recoger) deben de haber creado un gimnasio Pokemon. ¡Tomaaaa! ¡Estoy a la moda! Vivo en una de esas calles donde todos los mensajeros se pierden, nadie la encuentra, pero ya os digo yo que los cazadores de Pokemon vienen directitos y los tengo todo el día móvil en mano debajo de mi casa.
         La otra noche cuando iba a recoger una cosita a la habitación de Eire con los cocos al aire para que se sequen bien uno de los niños pegados al móvil levantó la cabeza (todo un fenómeno a estudiar) y me vio a mí y mi desnudez. ¿Qué hizo? ¿Se escandalizó? ¿Se puso colorado? ¡Qué va! Bajó la cabeza tan tranquilo y siguió entrenando a sus pokemon... mi feminidad se sintió fracasada pero luego pensé que con las pintas que llevo me podía haber confundido con un bicho amarillo de esos y podría haber avisado a sus amigos de que había otro "picachu" en la ventana del primero... lo mismo habrían subido todos en tropel a por mí (y mis cocos).
         La subida de la leche me vino en el hospital, menos mal, porque fue a lo grande, gracias a que unas maravillosas profesionales se compadecieron de mí y se tiraron una hora masajeándome para evitar a la temida mastitis. Luego le tocó a Dimas (el padre de la criatura) y nos tuvo que dar la risa de vernos de tal guisa, él amasando mis cocos como si no hubiera mañana. Claro que si lo comparas con el marido de la auxiliar que me estuvo masajeando que me confesó que años ha, cuando a ella le subió la leche en casa y no sabía qué hacer, le obligó a su marido a sacársela succionando... no me lo quiero ni imaginar.
         Y hoy, 14 días después, sigo con dudas... Eire no se calma con nada, antes estaba mejor, ahora hace ruidos todo el rato como que está molesta, como si hiciese fuerza, no vacía los cocos del todo, se cansa pronto, la tengo enganchada  veinte horas al día (y las otras cuatro en brazos) y yo a cada diez minutos pienso en desistir y darle biberón y así sabré si come o  no y los otros nueve minutos pienso que sí que voy a poder, que lo estoy haciendo bien y que hay que tener paciencia. En ese dilema lácteo me hallo y eso es probable que me canse más que la lactancia en sí.
         Y encima voy a la matrona, que era matrón, y va y me dice que la lactancia es el mejor regalo que le podré hacer a mi hija en la vida, me he tenido que aguantar el nudo emocionada y he salido directa a darle la teta a mi sirenita.
         Hasta aquí por hoy... aunque yo siga con mis ralladuras. En fin, nadie dijo que fuera fácil.


         PD: si soy cazadores de pokemon y veis a una mujer en topless por una ventana, decirla algún piropo, seguro que os lo agradecerá.

7 comentarios:

  1. Jejeje!!!! Me encanta como lo enfocas! Quedate tranquila! Para saber si como bien solo tienes que vigilar si va subiendo bien de peso cada semana. No te agobies! Todas pasamos por las mismas dudas que tienes tu. Es cierto que es complicado y duro pero tambien es cierto k tu matrona tiene razon! Aguanta! Relajate! Lo importante sois tu bebe y tu! Todo lo demas puede esperar!!! Cuidate y disfrutalo!!!!

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  2. Pobre mía tranquila, esto es parte de ser mamá se hace un mundo pero después todo fluye y verás ahora parece que todo te ralla y después son anécdotas no divertidas en el momento y si después, las madres primerizas es lo que tiene después vendrán los dientes ,las primeras comidas y etc. El primer año toda una aventura que aunque agobia es una experiencia inolvidable así que paciencia, Irene eres maravillosa lo relatas de tal manera.... Eres buenisima esto da para un libro y vaya libroooooooo un beso guapaaaaaaa y para la chiquitina miles.

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  3. Pobre mía tranquila, esto es parte de ser mamá se hace un mundo pero después todo fluye y verás ahora parece que todo te ralla y después son anécdotas no divertidas en el momento y si después, las madres primerizas es lo que tiene después vendrán los dientes ,las primeras comidas y etc. El primer año toda una aventura que aunque agobia es una experiencia inolvidable así que paciencia, Irene eres maravillosa lo relatas de tal manera.... Eres buenisima esto da para un libro y vaya libroooooooo un beso guapaaaaaaa y para la chiquitina miles.

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  4. Yo te aconsejaría que fueras a alguien que sepa sobre lactancia materna. Creo que hay algunos hospitales que ofrecen este servicio. Yo no tuve problemas, pero he conocido a mujeres que sí lo han tenido. Si estuvieras en Valencia te con una chica que sabe mucho de lactancia. De hecho a Jud Baltimore le pasé el contacto y le fue muy bien.
    Besos :-*

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  5. Yo te aconsejaría que fueras a alguien que sepa sobre lactancia materna. Creo que hay algunos hospitales que ofrecen este servicio. Yo no tuve problemas, pero he conocido a mujeres que sí lo han tenido. Si estuvieras en Valencia te con una chica que sabe mucho de lactancia. De hecho a Jud Baltimore le pasé el contacto y le fue muy bien.
    Besos :-*

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  6. Con mi segunda hija, si no hubiera dado de mamar al primero lo habría mandado todo al carajo. Cada vez que la ponía en la teta me salían lagrimones de lo que dolía, por las grietas que me salieron, mucho peores que las que tuve con él. Pero, por fortuna, sabía por experiencia propia que eso era pasajero -muy jodido, porque siempre hay algún listo/a que te dice que no es para tanto, sobre todo los que nunca han dado de mamar-. Al cabo de un mes esto era un recuerdo porque el médico de cabecera me recetó una crema que me ayudó a recuperarme antes. Dejé de darle el pecho a los dos años y medio, y porque me obligaron. Con eso te digo lo que disfruté esta etapa de mi vida.

    No es un regalo para ella, es un regalo para ti. Cuando todo eso malo del principio pasa, no sé si hay una sensación más única que esos momentos en los que los alimentas, cuando de vez en cuando te miran y sonríen, te cogen de la mano o se te quedan dormidos pegaditos a ti. Lo de alimentar a demanda, es así. Tus dudas, las normales. Y cansado... ya has descubierto que lo es. Pero no te rindas. ¿Cuántas veces te da la vida de vivir esto?

    Besos

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  7. ¿Cuántas veces te da la vida la oportunidad de vivir esto?

    (No sé qué ha pasado con la oportunidad, se ha debido quedar en mi cabeza)

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