Ayer la vacuna,
las vacunas... ¡aysss! Una enfermera como yo, hecha y derecha (aunque cada día
más curvada de las posturitas), que hasta incluso trabajó una semana en una
consulta de pediatría, iba más atemorizada que un periodista becario a una
rueda de prensa de Luis Enrique. Hasta me desperté con palpitaciones de pensar
en sus pobres muslitos pinchados y en las posibles reacciones a la vacuna, por
no hablar del berrinche que presentía.
Pues mira, no fue para tanto. Es lo que
tiene tener una bebita que llora más fuerte que "el melonero" (sí
esos que llevan furgoneta y megáfono y vienen siempre a la hora de la siesta).
Eire lloró como siempre, como cuando le cambiamos el pañal así que, ni
preocupados. Por la tarde estuvo más dormida de lo normal (cosa que agradecí) y
por la noche regresó nuestra peque guerrera.
Una cosa que he de comentar antes de ir
al tema que nos ocupa, es que lo de las vacunas es más complicado que opositar
a juez. Los que no sois sanitarios o no habéis estudiado para opositar no lo
sabéis, pero a los que sí que hemos estudiado varias veces el calendario
vacunal podemos asegurar que aquel se actualiza más veces que el Windows. Hay
vacunas que entran, otras que salen, nuevas que aparecen... Yo no he podido
vacunarla de rotavirus y de meningitis B (de la que ha habido listas de espera
para comprarla de años, ni el nuevo libro de Harry Potter).
Pero este post lo escribo para denotar algo que ya vengo escuchando y que
ayer la enfermera de la consulta lo repitió. Cuando yo le contaba mis avatares
con mi hija, ella aseguró que era normal, que todos los niños berrean y yo le
dije que los que me rodean no, que no paro de encontrarme bebés de anuncio, a
lo que ella me replicó:
—Bueno, bueno, eso es lo que te
dicen...
Y este es el sentido de esta entrada,
¿de verdad que la gente miente con estas cosas? ¿De verdad? ¿Por qué? ¿Qué
necesidad hay? Llamadme incrédula pero yo siempre parto de la base que la gente
me cuenta la verdad y si me dicen que sus hijos son santos, pues santos serán,
me extrañaría que maquillen algo tal aleatorio.
Pero, es cierto, que luego algo que me
sucedió por la tarde me hizo pensar. He vivido varias conversaciones entre
padres cargaditos de zascas por los
colegios a los que llevan sus hijos, la dieta que les dan, la hora que les
acuestan... A veces hasta más parecían competiciones que charlas banales. Yo
siempre pensé que si tuviera un hijo nunca participaría en esas disputas, cada cual
con su vida.
Al entrar en mi casa me sorprendieron
unas nuevas vecinas que venían portando un bebé y lo típico, hablamos...
Resulta que el artista tiene un mes y una semana y pesa cinco kilos, ¡cinco
kilos! (si vierais la ilusión con la que me lo repetía su abuela) y mi Eire que
tiene dos meses cuatro y medio... ¡Y que no he parado de darle vueltas porque
ahora quiero que mi hija sea la más hermosa y que mueva la cabecita antes que ninguno,
que eche más sonrisas y que sea la más guapa!... ¿qué me está pasando? ¿Me voy
a convertir en una pedantona?
He ahí la posible respuesta a la
pregunta de si la gente miente sobre el comportamiento, quizás queremos
presumir tanto de nuestros descendientes que no reconocemos la guerra que nos
dan, pero vamos, que yo creo que de bebés no, que si dicen que son buenos es
que lo son.
¿Qué opináis? ¿La gente miente? ¿Omite?
Ya estaréis viendo que yo no, os cuento
la purita verdad, si me apuras hasta peco de quejica (y sin apurar)... en fin, ni tanto ni tan calvo.
Besitos
La parte positiva de tener una potencial cantante de ópera es esa: llegan las vacunas y tu como si nada... Míralo desde el punto de vista de una madre con un bebé modelo de esos que no lloran. Llegan las vacunas y no saben qué hacer, de repente su bebé se transforma en una especie de bicho chillón...
ResponderEliminarTema mentiras: soy de la opinión de que si existen, y mucho. Es verdad que el instinto de madre te hace ver a tu retoña como la mejor del mundo y estás deseando presumir, pero una cosa es eso y otra que siempre tengas que quedar como la madre que mejor bebé tiene: el más bueno, el que come antes, el que primero dice papá o mamá... Es una competición insana...
Yo siempre he evitado esas competiciones, evidentemente mi hija es la mejor del mundo para mi, pero no tengo ningún interés en compararla con nadie.
Creo que eso viene de personas que ya eran así antes de ser madres o padres (que decimos de las madres, pero ojo con algunos padres también), gente que no es feliz si no se compara con los demás y sale ganando.
Yo me quedo con mi maternidad imperfecta, que si soy más feliz que una perdiz...
Con las vacunas, por cierto, vaya tela. De todos modos me deja más tranquila saber que no soy la única que no se entera... Mi hija acaba de cumplir 6,y yo creía que no tenía vacuna, pero resulta que si. Sólo que como están agotadas, no se la pueden poner. Y hoy me han dicho literalmente que no sabían si iban a quitarla antes en que llegue a haber... En fin, intentaré estar tranquila y pensaré que con las vacunas que lleva hasta la fecha está protegida...
Besotes!
Jolín, casi he dejado un comentario más largo que tu entrada 🙊 ¡sorry!
ResponderEliminarJolín, casi he dejado un comentario más largo que tu entrada 🙊 ¡sorry!
ResponderEliminarLa gente que tiene esa necesidad de mentir, miente sobre todo, ya sean los hijos/nietos, los trabajos (propios o de los hijos/nueras/yernos), las casas, las vacaciones... hay gente que tiene esa necesidad de ser admirada y envidiada, y si para eso tienen que "exagerar" los hechos (o las fantasías o deseos) un poquito (quien dice poquito dice...) pues bueno, supongo que piensan, ¿a quien puede hacerle daño?, así que sí, mienten... es un mal generalizado... pero es muy entretenido oir una de esas competiciones en las que se disputan el turno de la palabra para hacer ver que lo suyo es lo más de lo más (ya sea lo bueno o lo malo, porque para lo malo también hay que ser el más desgraciadito de esta vida)...
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