Soy mamá

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viernes, 16 de septiembre de 2016

QUIEN BUSCA, HALLA

        Antes de que sigáis leyendo advierto a los que seáis más sensibles o hipocondríacos que no continuéis porque esta entrada puede perjudicar seriamente vuestra paz interior (si es que la tenéis) y, sobre todo, a vuestros bolsillos.
         Seguís leyendo, ¿a qué sí? ¡Cómo es el género humano de curioso! Pero no diréis que no os lo advertí...
         Hay una frase popular y tan cierta a la que pienso recurrir para explicar esta entrada que es:
         Quien busca, halla.
         ¿Sí o no? ¿A qué sí? Quién se entretiene en buscar algo desde luego que halla, pero el problema es que ese "algo" que halle puede que no sea lo que busque, (como suele suceder). Ejemplo: vas en busca de una "breva pelá" en las rebajas y acabas comprando ropa de temporada cara como siempre.
         Y he ahí el sentido de este escrito. Os explico:
         Como mi pequeña princesa padece esa lucha interna, sobre todo por las noches, la hemos estado llevando a un osteópata (y hoy a otro, ya os contaré).

         -En la primera sesión descubrimos que ella apretaba el culete cuando quería hacer caca. Algo tan sencillo como relajar el esfinter, el A-B-C humano, mi peque no sabe hacerlo (su padre se preocupó mucho al enterarse y de hecho expresó en alto que si no sabía eso, qué iba a ser de ella cuando tuviese que aprender a sumar y a restar).
         -En la segunda aprendimos el truco del stelvia en el chupete para engañarla y que lo coja cuando llora y no hay tetes que valgan.
         -Y en la tercera... en la tercera nos enteramos de que una de las posibles causas del reflujo funcional de Eire (si es que lo padece, porque el pediatra pasa del tema) sean mis empastes de plata.
         ¡Tan tatachan!
         ¿Mis empastes?
         Pero no solo eso, si fuera solo eso pues ¡vaya!, pero ¡qué va!... ¿Sabíais que las amalgamas con las que hacían (y hacen) los empastes metálicos llevan mercurio? Sí, ese mercurio que es tan tóxico para los humanos, que hasta prohibieron el uso de los termómetros antiguos (hay quien cree que se prohibieron por provocar túnel carpiano a espuertas al intentar bajar la rayita de mercurio). Ese elemento químico que nos hace tanto mal, pues van los dentistas y nos lo meten en la boca.
         A esta servidora le pusieron varios empastes de pequeña y puede que esa sea la causa de mis neuralgias. Cuentan que poco a poco vas inhalando el mercurio y te intoxicas, pudiéndote afectar a un montón de órganos. Leyendo estos días, he descubierto que hasta lo relacionan con el Alzheimer y el ELA... ¡ahí es ná! Vamos a ver, es como todo, los dentistas lo niegan y los expertos en la toxicidad del mercurio lo afirman, digo yo que habrá un término medio, no será para tanto, que no cunda el pánico, pero yo ya tengo concertada mi cita con el dentista especialista en quitar estos empastes, por si acaso. ¡Atención! No lo puede hacer cualquiera, a ver si os vais a poner con un palillo venga que venga a rascar... ¡Noooo! Hay que ir a un especialista para que te proteja y el mercurio no caiga al estómago y la líes parda como esa famosa socorrista (link de recuerdo)
    https://www.youtube.com/watch?v=AVv4fgEZeMI
         Y eso es lo que os quería contar hoy... no tiene mucho que ver con Eire, pero me ha conmocionado tanto que os quería contagiar la conmoción. Mal de muchos, consuelo de tontos.
         Así que si tengo pocas citas médicas últimamente ahora le añado el dentista... Si es que yo nunca he valido para comprarme ropa en las rebajas, parezco nueva.

         Gracias por los comentarios que me dejáis aquí y en facebook, de verdad que me sirven de apoyo. En mi anterior entrada"¿Disfruta?", conseguisteis que cambiara el chip. Y ya sabéis, si os gusta, compartid.


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